Lo que tu Dolor Intenta Decirte
Dec 04, 2022Lo que tu Dolor Intenta Decirte… Todos experimentamos dolor físico a veces en nuestras vidas. Pero, ¿alguna vez te has preguntado por qué?
¿Por qué el dolor tiene que ser parte de la experiencia humana? ¿No hay una forma de vivir sin sentir dolor?
Desde un punto de vista espiritual, la respuesta puede estar envuelta en misterio. Pero sí sabemos algunas cosas, desde una perspectiva física, sobre lo que el dolor está haciendo realmente en nuestro cuerpo.
Sabemos que el dolor es una señal de peligro. Es lo que sientes cuando tus nervios envían una corriente eléctrica a tu cerebro, diciendo: “¡Algo no está bien aquí! Hay una situación que está haciéndote daño, o hay una amenaza cerca, ya sea física o emocional”.
Todos queremos deshacernos del dolor lo más rápido posible, y es natural. Nadie quiere sentirse mal. Nuestro deseo más profundo es hallar un estado de armonía y conexión con el bienestar, un refugio interior. Pero huir del dolor puede hacer que nos perdamos de todo lo que tiene para enseñarnos, por eso, hoy quiero compartir contigo algunas palabras importantes sobre el dolor, su verdadero significado y cómo transformarlo en una fuente de conocimiento personal.
El dolor puede ser una interrupción temporal del equilibrio del cuerpo, la mente o el espíritu. Cuando te cortas un dedo o enfermas de gravedad, o pierdes a alguien muy importante en tu vida, te duele. No importa si es un dolor físico o emocional, el mensaje es, en esencia, el mismo: “Algo está mal y necesita cambiar”.
Pero, ¿qué pasa si ese mensaje te mantiene despierto por la noche y no sabes qué hacer? ¿Qué pasa si tienes un dolor crónico que limita tu movilidad y restringe tu capacidad para disfrutar de la vida?
Para millones de personas, posiblemente incluyéndote a ti, estas no son preguntas abstractas. Y en realidad es peligroso vivir con demasiado dolor. A veces, cuando te escondes debido al estrés o al trauma, tu cuerpo ignora el dolor y hace todo lo posible por mantenerte vivo. Este es un increíble regalo evolutivo de nuestros antepasados. Pero no puedes vivir así a largo plazo; ese mecanismo que ignora el dolor desaparece con el tiempo, así que tarde o temprano necesitas enfrentarlo para evitar que tome el control de tu vida y comience a causarte otras enfermedades.
Tarde o temprano, se debe sentir y asumir el dolor como lo que es: una oportunidad.
Entonces, ya que hay tantos tipos diferentes de dolor en este mundo, tantas maneras en las que el cuerpo puede doler, ¿hay algún método universal para lidiar con el dolor?
La respuesta es: Sí, lo hay.
La forma de comenzar a relacionarnos con nuestro dolor, entenderlo y superarlo es… conocerlo.
Déjalo salir a la superficie, deja que se apodere de tu conciencia en lugar de mantenerlo oculto bajo pensamientos o distracciones. Siente el dolor. Escúchalo. Y luego, descríbelo.
Si tienes algún tipo de dolor ahora mismo, respira hondo. Cierra los ojos y permítete sentir realmente tu cuerpo.
¿Qué te duele? ¿Cuánto tiempo te ha estado doliendo?
¿Con qué frecuencia sientes este dolor? ¿Es permanente o solo te duele en momentos específicos? ¿Cuándo lo sientes con más frecuencia?
¿Cómo se siente exactamente el dolor? ¿Es una puñalada, una sensación que va y viene, una quemadura?
¿En qué partes de tu cuerpo lo sientes? ¿En qué parte lo sientes con más intensidad?
¿Qué podría estar tratando de decirte este dolor?
Aquí hay un ejercicio sencillo que podemos hacer juntos en este momento. Se trata de usar la imaginación para descifrar el lenguaje del dolor y extraer su mensaje.
Trata de imaginar tu alegría como una cuerda de luces: si falta una luz, la cuerda no se iluminará por completo. Luego, intenta encontrar la única luz que necesita ser reemplazada. Esta es la fuente de tu dolor, es lo que impide que te sientas motivado, que sientas inspiración y entusiasmo por la vida.
Reconoce la luz que falta por encender y pregúntate: ¿qué ha pasado con ella? ¿Desde cuándo está apagada? ¿Cuál ha sido la causa? ¿Qué puedo hacer para sanar este dolor? Todas estas preguntas te ayudarán a encontrar el equilibrio que necesitas para superar el dolor y permitir que, en su lugar, se encienda la alegría.
Por ejemplo, si te duele la cabeza, imagina el dolor de cabeza en racimos y examina uno por uno en tu mente. Luego, baja hasta el cuello y revisa la tensión en esa parte. Ve hasta los hombros y observa tu dolor como si fuera las ramas de un árbol, cada una conectando con los músculos de tu cuerpo.
Hay ocasiones en las que parece que el dolor abarca todo, cada centímetro de ti, como si fuera un malestar generalizado. Pero incluso en estos momentos, te aseguro que puedes encontrar la fuente de tu dolor si prestas atención. No olvides que la mente es poderosa y, a veces, el dolor se apodera de nosotros debido a que no hemos podido identificar su causa. Este ejercicio, donde solo necesitas jugar con tu imaginación, te ayudará a entender lo que el dolor intenta comunicarte para que el malestar comience a abandonar poco a poco tu cuerpo y tu vida.
Recuerda: no se trata de resistir al dolor o ignorarlo, sino de transformarlo en una fuente de inspiración, en el combustible que necesitas para confiar más en ti, para sentir que puedes salir adelante en la vida. El dolor es un maestro de paciencia, perdón y superación, porque hace que saquemos lo mejor de nosotros para convertirnos en esa persona capaz de vencer las dificultades. Sin el dolor, nuestro jardín no tendría el abono suficiente para florecer; simplemente porque, si no sabemos lo que anda mal, no podemos saber lo que nos hace bien.
Date el tiempo de conocer tu dolor, acércate a él como a un viejo amigo, escucha lo que tiene para contar, y deja que te abrace con su infinita sabiduría.
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